IN FRAGANTI


Papá solía morirse dos veces al día. Por la mañana con la asistenta, la cual dejaba, al terminar, las sábanas estiraditas. Por la noche con mamá, deshaciendo la cama de nuevo para no levantar sospechas. Pero aquel día las sábanas quedaron arrugadas, mi padre no consiguió morir de placer entre las piernas de la mulata… A partir de ese día papá se convirtió en inmortal.

Micro enviado a Relatos en cadena.

,

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: