Hoy le han hecho una operación menor a mi hija Marina. Intrascendente, habitual: raspado de vegetaciones y drenaje timpánico. Pero estas situaciones nos desestabilizan, nos recuerdan todas las pesadillas que hemos tenido que vivir en poco tiempo. De los cuatro, la más tranquila ha sido ella. Tiene una madurez impropia de su edad, un porte que ha alcanzado al vivir situaciones que son más frecuentes en la edad adulta. Aunque el malhumor del madrugón la llevara a clamar al cielo: «¿Por qué a mí? ¿Por qué siempre a mí?». Tras preguntarme paso por paso lo que le iban a hacer y a medida que el sueño se le iba pasando, regresó a su estado de aceptación.
Lo mejor, sus primeras palabras cuando me vió tras la cirugía: «¿Sabes qué mami? Cuando me desperté todos los médicos tenían cuatro ojos» y el miedo desapareció de nuestro lado a carcajadas.
Escrito el 2 de octubre de 2010.
4 respuestas a “TRAS LA CIRUGÍA”
felicita a tu pequeña de mi parte… por ser tan valiente y ocurrente…
Lo haré Dominique, gracias. Por la noche me preguntó si era normal que los hubiera visto con cuatro ojos y después de explicarle que era efecto de la anestesia, me confesó que a mí también me vió con cuatro ojos, pero que tras sacudir fuerte la cabeza volví a tener solo dos. Lo cierto es que el humor es un bálsamo que cura casi todas las heridas.
Es especial. Son especiales. Tienen a quien salir ( por parte de madre)
Son una mezcla perfecta de dos mitadas complementarias. Infinito.