Como los ángeles al caer el sol, salía cada noche. El pantalón y la camisa con sus rayas reflectantes. Dejando a su paso una estela de luz sobre el agua del asfalto y un olor a tierra mojada que confundía a trasnochadores y a madrugadores por igual.
Pero esa noche, Marcial, no pudo terminar de limpiar su zona. Un motorista borracho lo lanzó al aire. Durante el vuelo se sintió, más que nunca, el guardián de los sueños del barrio.
Escrito el 30 de septiembre. Microrelato enviado a Relatos en Cadena.