—Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa.
“Como se nota que ella tiene trabajo. Otros sin embargo tenemos tanto tiempo libre que lo desperdiciamos en estas absurdas rebajas en las que siempre te llevas más de lo que necesitas.”
Esto pensé, pero con la cabeza gacha me coloqué en la fila, tratando de decidir qué tarjeta sería la que no saldría anulada: la naranja, la roja o la negra. Cuando me tocó el turno había perdido las ganas de comprar.
Al salir del establecimiento revolví en el bolsillo que aún no tenía agujereado. Perfecto, tres euros y además era viernes. Aún podía cambiar mi suerte.
Escrito el 5 de febrero 2011
4 respuestas a “REBAJAS”
Y la suerte cambió, encontrar tres euros en el bolsillo suerte es.
Abrazo.
Desde luego, Ericka.
Otro abrazo para ti.
Consumismo y esperanzas en estado puro. Baja que ya casi no te veo de lo alto que vuelas.
Son los ojos con los que me miras.
Siempre volaré a tu lado.
Pero gracias por los ánimos.