Se llamaba Ernesto, pero le decían Candidato. Era tan inocente como el de Voltaire y desde pequeño le chiflaban los números. Un día dos mujeres lucharon de forma salomónica por el bueno del matemático. La amante (pobre pero feliz) se quedó con Candi. La esposa (millonaria pero amargada) se conformó con Dato. Del adúltero no permaneció ni su nombre; ni siquiera él conseguía recordarlo. Dicen que desde que dejó de ser Candidato solo hace la cuenta de la vieja y ya no confía ni en su sombra. Un hombre sin apodo no es nadie.
Escrito el 1 de mayo de 2011
Para escucharlo pica el enlace (durante la segunda hora del programa):
https://docs.google.com/leaf?id=0B-tPnCcYo2mtYzZiNzEyMjUtMmJlNS00OGY1LTg3NTktMmY1MzVlOGZjNmUz&hl=es
Una respuesta a “REPARTICIÓN”
La dulzura de Candi para una, la cuenta corriente de Dato para otra. Pobre adúltero, con amor adulterado por partida doble.
🙂
Erre que erre.