Eran las tres de la tarde cuando escuchamos un toque suave en la puerta de la habitación. Ale acababa de despertarse, yo le lavaba su pijama en el baño y Helio se acercó a abrir la puerta. Escuché un susurro de voz femenina y pensé que sería Mª Carmen, la prima de Helio. Salí del baño y me encontré con la sorpresa: ¡Era Sara! Ale exclamó:  ¡Hola, Sara Ortega! Y yo me fundí con ella en un abrazo. Estuvimos juntas sólo media hora pero…¡Bendita media hora!

Cuando el cariño y la amistad son fuertes siempre sobran las palabras. Basta con sentarnos junto al amigo para sentirnos seguros, comprendidos y acompañados.

Gracias Sara por venir. He necesitado tanto de un cálido abrazo estos días…

Hace un ratito recibí un mensaje de Gemma. Viene a vernos desde Soria. Será otro regalo en el día previo a la intervención. El ansia y el miedo se juntan. Pero
tras la experiencia pasada, estamos seguros de que todo va a salir muy bien.

Pienso en mañana por la tarde. Cuando despierte en la UVI me encantaría escucharle alguna de sus típicas ecolalias: El lechero conduce; La Duquesa de Alba; ¡Avispaaa, vete para tu casa!; Zeus tiene 23 y Lia ya nació aunque tiene 0 años;  Pues vale, está bien; Very Mery christmas será, en Vebo será…

Mañana… comenzará un nuevo día, una nueva etapa. De momento, sigamos disfrutando del ahora con todo lo bueno y lo malo.

Gracias a todos por estar ahí. Haciéndonos saber que no estamos solos. Gracias en especial a Javier y Jorge. Aunque a Javi si no me llama más a menudo le pondré
en la lista roja.