Busqué el alma de un remolino y lo encontré al soplar una caracola. Con la del muelle tropecé en el retroceso de un rizo al soltarlo. Escudriñando el alma de un hombre, perseguí los latidos de su corazón, y solo lo hallé cuando partí unos fresones. Descubrí el alma de los libros entre papeles arrugados. Entonces pensé en la mía. No la veía en el espejo ni la escuchaba con mis pasos. Incapaz de sentirla miré al cielo, interrogante. Allí la encontré, batiéndose con el viento rastreaba el mar. Allí había estado siempre, husmeando junto a las gaviotas.
Escrito el 20 de junio de 2011
Si quieres escucharlo:
http://lalibretaradio.es/lalibretaradio/Podcast/Entradas/2011/6/21_21_06_2011.html
6 respuestas a “APRENDIZ INCANSABLE”
Un texto bonito, complejo, lleno de paradojas, inesperado…
Sigue husmeando.
Erre que erre.
Gracias Alan. Husmearé.
Abrazos suaves.
Me gusta mucho Raquel, mucho.
Mil gracias Helio. Y eso que lo que pretendía ser un micro en realidad fue simplemente prosa poética. A veces las ideas, los juegos de palabras, nos atrapan obligándonos a ponerlas por escrito.
Es un placer compartir tiempo radiofónico contigo, aunque me lleves ventaja (no solo por llevar más años escribiendo 😉 también por haber tenido a Carlos como profe).
Besotes achicharrados…
Es uno de los mejores textos que te recuerdo. A cada frase, todas muy bellas, habría que hacerle un comentario de texto.
Grande, me ha parcido muy grande.
«Ocho durmiente.»
Jooooo, me estas mal acostumbrando a los piropos.
Me encanta lo del «ocho durmiente» (aunque el calor me tiene las neuronas espesas: pensé en los siete enanitos, jajaja) aunque preferiré siempre nuestro INFINITO.