Desde la primera noche te invité a la habitación de los espejos. Al principio te intimidó tanto ojo, tanta pierna, tanto labio; pero pronto dejaste de mirarme para convertirte en tu ídolo. Aunque te reciba en lencería, me apartas de un manotazo para buscarte entre los reflejos; solo ansías tu repetición hasta el infinito. Esta noche será la última, Narciso, estará oscuro y cuando le des al interruptor, cientos de láseres multiplicados te cegarán. Entonces mirarás en tu interior y te espera el vacío porque, a mí no me engañas, por dentro no tienes nada, solo pequeños cristales de colores.
2 respuestas a “CALEIDOSCÓPICA VENGANZA”
Y preferirías un hombre transparente, invisible, que no se reflejara en los espejos. Que sólo te viera a ti, reflejada por todas partes…
Muy bonito y sugerente. Motivo de infinitas «reflexiones».
Erre que erre…
Jajaja. Prefiero las personas transparentes pero no invisibles, Alan, y por supuesto, que se reflejen en los espejos.
Gracias por tu fidelidad.
Abrazos suaves.