Llevaba años soñando con flechas amarillas. Le perdían las historias peregrinas. Consultó todas las guías, pinchó en todos los enlaces a los que google le condujo. Estudió con qué debía llenar su mochila para llevar lo necesario pero ni un gramo de más. Incluso cambió sus gafas de pasta por unas montadas al aire. Empezó a entrenarse: cada día añadía un kilómetro a su cinta andadora.
Para salir de la isla hacía falta dinero. Tuvo que cambiar de sueño: de Tunte a Gáldar (en dos días la partiría por la mitad).
Huellas de sal 
4 respuestas a “CAMINO ESTRELLADO”
Me ha parecido precioso. No sé si los no isleños lo entenderán, pero me sugiere muuuchas cosas.
Infinito
Los no isleños que lo busquen en google para que lo entiendan. 😀
INFINITO
Doy fe: los no isleños tenemos que buscar en google para entenderlo del todo. Pero es nuestro problema, el micro está muy muy bien lo entendamos o no…
Raquel, ahora sí: ese párrafo final me gusta mucho.
Incluso la mayoría de los isleños (aunque lo sean de esta) me temo. Mil gracias, Balbu, creo que eres demasiado generoso. Te mando un beso, microbio.