Sonríe, te ve y sonríe. Siempre sonríe, no lo dudes.
Jamás olvides que ella te trajo aquí. Nos trajo.
Estoy con ella, a su lado. No se ha ido.
Todavía hay quien la lee cada noche: la de la tercera fila, la del suéter o la camiseta azul, desde aquí no la vemos bien, y la hija de la chica de la octava fila, sí, la de la cuarta silla empezando por la izquierda; ella también la lee.
Lola está aquí. Sé que lo sabes. Lo sabemos.