La vida. No podemos renegar de ella: es nuestro bien más preciado, tal vez el único del que disponemos mientras estemos vivos. Yo también sé lo que es desear estar bajo tierra. En esos momentos tenemos que agarrarnos a los seres que nos importan, para no hundirnos definitivamente en el lodazal.
La amistad es un bien mayor incluso que la pareja. La amistad es el amor elevado al infinito porque es absoluta generosidad. No queremos obtener del amigo ningún placer sexual, solo espiritual.
Nos empeñamos en mirarnos en el espejo de la vida de los otros, que desde fuera parece perfecta pero sé que no lo es tanto. Lo sé porque tal vez yo sea uno de esos espejos, en los que te empeñas en mirarte, pero que no son de tu tamaño. Nadie es feliz. No solo porque nadie está satisfecho con lo que tiene. La felicidad nunca es completa porque somos inconformistas y siempre queremos más. Porque existe una incapacidad humana para disfrutar con las pequeñas cosas. ¿Sabes por qué pienso que estoy en la mejor época de mi vida? Porque solo aspiro a vivir, a vivir intensamente y a intentar disfrutar cada día, minuto a minuto, con lo que viva. Ya sé que te sabes la teoría, pero que la teoría sin práctica no vale de nada. Conozco la abulia, la apatía, la pérdida de ilusión, la falta de hálito vital. Y como las conozco, y como las he sentido, hoy soy fuerte, hoy puedo vivir intensamente. Nadie está libre de la depresión, ni siquiera el que cree tener todo lo que le pedía a la vida.
Cuando yo deseaba ser madre con menos de veinte años (lo he deseado siempre) nadie me contó el vía crucis por el que tendría que pasar para serlo: con cada menstruación un sufrimiento, pincharme hormonas yo sola, sufrir sus cambios emocionales y físicos, anestesia, quirófano y nueva decepción; para empezar de nuevo tratando de no morir en el intento. Y después de años de lucha (acudí a la primera consulta de esterilidad con 24 y lo conseguí con 27), mi parto prematuro y mis niñas sextomesinas y todos sus problemas físicos y un año de rehabilitación tres veces en semana, y consulta del cardiólogo, nefrólogo, neurólogo, neurocirujano, rehabilitador, neonatólogo. Y el miedo a que Marina no andara o no hablara o tuviera alguna deficiencia y la alegría cuando gateó, habló y nos deslumbró, y deslumbra, a diario con su sabiduría. Pero en los momentos de calma, cuando estábamos tranquilos, volvían los vómitos y los dolores de cabeza, y la entrada en quirófano sin saber si la recuperaríamos con vida y con sus capacidades intactas. Ocho veces en siete años de vida. Te deseo que, si tienes hijos, jamás sufras el miedo real a perderlos, que jamás, jamás, tengas que sufrirlo. Que te entierren siendo una viejita arrugaita, con tus hijos alrededor y todos ellos con salud.
Juega la partida con tus cartas. No desees las cartas de otros porque desde fuera se ven preciosas pero para nadie son las ideales. Ahora tienes una mala mano pero solo con ella puedes jugar. No quieras comodines que tapen tus carencias. Aprende a sacar lo mejor de las cartas con las que cuentas, que cuando la mano te venga favorable disfrutarás el triunfo de sobrevivir en la penuria.
Pero sobre todo: perdónate, compréndete, respétate. Permítete estar mal, vívelo con calma, con aceptación, sabiendo que no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Que solo con las crisis evolucionamos (yo no he vivido las tuyas pero sí las mías, y eso me autoriza a decirte que de ellas se sale renovada y más fuerte). Solo con las crisis mejoramos, aunque cuando estemos dentro nos resulte tan duro que seamos incapaces de imaginar que podremos salir algún día. Ese día llegará, y llegará antes si lo aceptas, si no te resistes, si te permites estar mal, si te perdonas por no ser la personal vital y pasional que has sido siempre; que eres aunque no te lo parezca. Esa esencia, sigue en ti aunque ahora esté dormida por la pesadumbre. Quiérete, quiérete como eres porque eres maravillosa.
Que solo duermes cinco horas y que das miles de vueltas en la cama maldiciendo tu suerte: aprovecha el tiempo que habrán otros momentos de tu vida en los que desees tener tiempo y no dispongas de él. ¿Cuántos libros pendientes tienes? La vida no nos da años suficientes para leer todo lo que queremos. Pues aprovecha las horas de insomnio. Haz una lista con libros imprescindibles, sácalos de la biblioteca y tenlos en la mesilla. Que no puedes dormir más: lee. Al día siguiente seguirás teniendo sueño pero las palabras leídas te irán curando y ya no podrás tener la sensación de perder el tiempo.
Exprime los limones porque no te queda otra. Solo tú puedes cuidarte. Sólo tú puedes salvarte del naufragio. Y aprenderás a descubrir las balizas que te avisen de que te adentras en zona peligrosa. Pero solo tú eres la capitana de tu barco. Solo tu fortaleza, la que ahora estás consiguiendo con esta nueva crisis, solo ella te permitirá ir por la vida con paso firme. Solo así podrás ser realmente feliz, o moderadamente feliz, porque nunca sentimos que lo somos del todo, siempre aspiramos a ser más felices. Porque la felicidad es una meta inalcanzable.
El amor de tu vida (de la mía, de la de todos) no existe. SOLO TÚ ERES EL AMOR DE TU VIDA. Podemos tener la suerte de compartir nuestra vida durante muchos años con una persona excepcional que nos complemente, podemos tener la suerte, incluso, de no querer estar con otra persona nunca más. Pero no quiere decir que sea el amor de nuestra vida. Será (o no) la persona que nos dé el equilibrio, la paz, pero él será el amor de SU vida, y si decide o necesita seguir su camino y este es distinto al nuestro, no por eso dejaremos de amarle, pero tendremos que dejarle marchar.
¡Si la vida te da limones exprímelos para cuando te de fresas con champán, las puedas disfrutar!
Escrito el 28 de diciembre de 2014
8 respuestas a “Si la vida te da limones (versión censurada)”
Precioso Raquel!!!! Me ha encantado. Cada vez te superas más!!! Estoy muy orgullosa de ti, hermanita !!! Te quiero
Gracias por leerme. Gracias por ser y estar. Gracias por exprimir limones y enseñarme a hacerlo. Eres maravillosa y te mereces ser feliz. Te quiero.
Maravilloso. Un regalo para cualquiera que lo lea. El fondo y la forma. Gracias.
Gracias, Luz. Me alegra que te gustara. Siempre tienes palabras de elogio para lo que escribo. Gracias por seguirme allí donde escriba. Un abrazote.
La voz y el sentir de la experiencia se nota en el contenido de tus palabras. Coraje, valor y decisión de vivir son los mejores aprendizajes que podemos obtener de lo que experimentamos y añado ¡Que nos quiten lo bailao!
Hay bailes que preferiríamos no tener que bailar. Pero al final la vida es eso: puro aprendizaje. Aprendamos a bailar también con el más feo. 😉
Muy bueno.
Gracias, Alfonso. Bienvenido a esta orilla, espero que te refresques en ella. Un saludo.