Abre la puerta sin ruido. Levanta las cejas y mueve el bigote. Mira al escritor y se quita el sombrero. Mira a los aprendices, vuelve a hacer el gesto de saludo y sonríe. Hace girar su bastón en el aire. Sale de la sala dejando en ella el espíritu de la alegría que solo el silencio otorga.
Una respuesta a “Alegría muda”
Era único y nunca esta en el olvido. Precioso.