Divaga. Me evado. Bailan mis neuronas entre música, libros, bibliotecas y teatros. El sonido del lápiz tatuando el folio se hace intenso.
Miro el sombrero de fieltro negro, las gafas rojas, la botella azul.
Divago. Se evade. Centro mi atención en las pelusas blancas que maculan el negro sombrero.
Debo escuchar crujir la madera, ver aparecer un unicornio entre Rito y el sombrero.
Siempre he sido una rebelde.
El sombrero es mi unicornio.
Escrito en el Taller de escritura de Santiago Gil en La Casa Museo Pérez-Galdós el 25/03/2017