Contrasentido


No queda otra. Echaré de menos el mar, las calles adoquinadas, el cielo azul, la alegría del que sesea, el olor a estefanota.

No importa. En Nueva York seré feliz. Escribiré mi gran novela: la novela.

 

Antes del amanecer, al partir, la mujer del taxi piensa en el éxito. Con la mirada perdida, distingue la silueta de la mujer confiada que camina en sentido contrario por la avenida. Se mira incrédula la ropa.

La viandante se gira porque siente un escalofrío en la nuca.

La viajera vuelve la cabeza como llamada por un recuerdo inexistente.

Como la que se mira al espejo, cruzan sus miradas idénticas. Parpadean al unísono culpando a la falta de luz, al sueño, a los miedos, a la falta de valor.

Dentro de unas horas olvidarán el espejismo paralelo que fluye en sentido contrario: la intuición de otra vida posible; de la vida imposible.


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: