Piano sin dueño: libre con sus acordes y sus silencios. Maestro del alma sensible sonó al ritmo de nuestras neuronas juguetonas. El ímpetu de la imaginación entrelazaba las notas mudas.
Piano sin dueño: libre con sus acordes y sus silencios. Maestro del alma sensible sonó al ritmo de nuestras neuronas juguetonas. El ímpetu de la imaginación entrelazaba las notas mudas.