Uno no se va nunca sin un adiós; sin un hasta siempre.
Amanecimos mudos, sin intensidad, sin esa mirada de niña luminosa.
La siento detrás, despidiéndose. La imagino con Freddie, dibujando con sus voces aquel «Barcelona» que conmovió al Mundo; que hoy tarareamos todos en nuestros corazones.