Todos creíamos que no regresaría nunca: siempre presente pero etérea.
Ayer rompió la tercera dimensión: se hizo materia con alas de cristal y pico naranja; libre y misteriosa, musical y mitológica. No cantó, solo voló y escuchó. Se presentó como vivió: frágil y poderosa, generosa y humilde; ser humano de altura.