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Contrasentido
Como la que se mira al espejo, cruzan sus miradas idénticas. Parpadean al unísono culpando a la falta de luz, al sueño, a los miedos, a la falta de valor.
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Palomita (versiones 2 y 3)
PALOMITA GALDOSIANA Se creen escritores. Para serlo deberían saber observar. ¡Pues no, señor!¡Ni se enteran! Aquí estoy, susurrándoles la palabra precisa con mi batir de alas. Alguno manotea apartándome de su oreja, otro incluso me lanza un aplauso mortal. Me ignoran, les incomodo. Se creen muy listos, piensan que las musas son cándidas Vestales. ¡Pues…
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Encerrada en la biblioteca que querían demoler
Fui encontrando notas entre las hojas de los libros que iba sacando cada semana de la biblioteca. En Miau, Galdós me dijo: Desearía disfrutar de tu grata compañía, aquí, en esta misma sala, a las 18 horas del sábado 19 de noviembre del año en curso. Benito. En Ficciones mínimas, Dolores Campos-Herrero me puso: Raquel,…
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Soy
Siempre fui quién soy. Desde aquel pequeño moreno de ojos inquietos. Recuerdo el rumor del mar arrullando mis ansias de libertad. Por eso soy escritor: para poder vivir la vida de todos. ¡No quiero que se apague mi luz!¡Tengo tanta vida dentro! Todo se ha dicho de mí: renegado, mujeriego, facha, libertino, lenguaraz, inculto, chaquetero.…
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La gota
8 de octubre de 1852 Benito Pérez Galdós se despierta en su casa de la calle Cano en Las Palmas de G.C. con 12 años Se levanta a oscuras. Abre las contraventanas. La luz de la mañana le ciega por un momento. Intenta no hacer ruido para que el ama de llaves no le…
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Egos intrincados
Puede, espero, que cuando finalice el fuego cruzado, sean capaces de reconocer en qué se equivocaron para así aceptar los aciertos del contrario. Aunque preferiría que parara la guerra, que se tomaran un tiempo de reflexión y que se sentaran en torno a una mesa para que pesen más en la balanza los puntos comunes…
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Homenaje
A partir de ahora voy a estar más atenta, no desaprovecharé las oportunidades que la vida me preste de conocer en profundidad a personas como ella, tan trabajadora, tan humilde y generosa
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Adorno
Como un bigote a lo antiguo, debajo de la nariz, colgaba el rabo cada vez que se paseaba delante de las teclas. Ese gesto era toda una declaración de intenciones; una demostración de poder. Solo entonces la carcajada superaba al estornudo. Cuando lo conseguía me dejaba a oscuras con mi soledad. Decían los críticos que…
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LA VERDADERA HISTORIA DE DON NADIE
A medida que envejecía era mayor su convicción de que su existencia corría paralela a la de innumerables yoes que jamás serían él, sin posibilidad de elección, sin remedio. Tal vez por eso se convirtió en un enfermo de literatura.
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INDICIOS
Sonríe, te ve y sonríe. Siempre sonríe, no lo dudes. Jamás olvides que ella te trajo aquí. Nos trajo. Estoy con ella, a su lado. No se ha ido. Todavía hay quien la lee cada noche: la de la tercera fila, la del suéter o la camiseta azul, desde aquí no la vemos bien, y…